QUE HAY ALGO EN NOSOTRAS QUE NO VAN A QUITARNOS. SOMOS MUJERES, NO PERTENECEMOS A NADIE... ¿Y TÚ? ¿TAMBIÉN CREES QUE GOD IS A WOMAN?
¡BUENAS, PERSONA
PRODIGIOSA! UF, MADRE MÍA… ¿QUÉ ES ESO? ¿PUEDES IDENTIFICARLO? ¿A QUÉ HUELE
EXACTAMENTE? ¡AH! VALE, AHORA LO ENTIENDO… ¡QUE HUELE A NUEVA ENTRADA EN EL
BLOG! VAAAAAMOOOOOS QUE NOS VAAAAAMOOOOOS…
¡EH! ATENCIÓN:
Esta vez, a diferencia
de lo que sí que me ha ocurrido en otras entradas que he podido publicar en
este blog, no hay advertencia alguna que debas conocer con anterioridad, salvo
la que encontrarás en la imagen de abajo, así que toma buen asiento, olvídate
de todo (tanto si es bueno como si es malo) y únicamente disfruta, porque (sigo con las referencias musicales)…
«Las chicas tienen algo especial,
las chicas son guerreras»…
Tú, que has
sido, eres y espero y deseo con
todas mis fuerzas que, en un futuro, continúes siendo mi más fiel compañía en la aventura que supone el contar con un blog y
querer publicar una entrada sin saber ni siquiera cómo comenzarla; tú, que, sin
tener por qué, has estado siempre ahí y me has leído en cada una de mis
entradas (o, al menos, has clicado en ellas para poder echarles un pequeño
vistazo), sabes perfectamente (incluso
mejor que yo) que tiendo a redactar mis entradas
como si de un diario personal se tratara.
Lo cierto es que jamás lo he hecho adrede,
jamás he pensado en ello, pero el fin de semana
pasado la nostalgia se apoderó de mí, revisité todas y cada una de
mis entradas y, entonces, me percaté de un par
de detalles.
En primera instancia, aunque todavía me
parezca algo completamente increíble (sin duda alguna no puede dejar de
sorprenderme), he de confesar que (madre mía, ¡qué fuerte!) yo misma he percibido una cierta evolución y mejora desde mi primera entrada con aquel gran estreno del tráiler que pude
editar a modo de presentación de este «prodigioso» blog que tengo con mis «prodigiosas»
compañeras y ya amigas de este Máster (ahí estaba, en definitiva, el primer
vídeo de todos los que realizaría y publicaría en el blog a lo largo de estos
últimos meses) hasta esta misma entrada de hoy (no deja de ser una de las últimas entradas de,
al menos, este curso académico y, qué quieres que te diga, me da pena; eso sí, jamás
asistirás a una despedida por mi parte de este blog, porque pienso seguir empleándolo
pese a que la asignatura a la que va completamente dirigido haya concluido sus
clases para siempre).
Y el segundo y último
detalle en
el que pude reparar es que, en todas mis
entradas, señalo y destaco en numerosas ocasiones el día en el que cada una de
las mismas ha sido publicada; como comentaba con anterioridad,
parece un diario personal.
Quizás se deba a esa cuenta pendiente que
tengo con mi propio diario desde que solo era una niña y soñaba con tener uno:
en el momento en el que mis padres me lo regalaron, me fui corriendo (yo corriendo;
fíjate si tendría ganas…) a mi habitación para escribir en él y, por tanto,
ocupar sus primeras páginas, pero, al cabo de una semana, lo abandoné y nunca más
volví a abrirlo.
Por todo ello, siento que este blog ha sido
el primer diario personal de toda mi vida, el único que no he dejado olvidado
en algún rincón de algún cajón de mi habitación.
Esta
entrada no va a ser menos, por lo que…
¿En qué día nos encontramos hoy?
Efectivamente, lo has adivinado (espero, porque,
de lo contrario, esta oración no quedará muy bien aquí): hoy es nada más ni
nada menos que jueves, día 18 de junio de 2020. Y…
¿Qué celebramos hoy?
Pues, teóricamente, es decir, según el
calendario, nada que pueda relacionarse con la entrada de hoy, pero yo me niego
a ello. Para mí, cada día que tenemos la oportunidad y la suerte de vivir debe
ser un motivo de fiesta, de alegría y de celebración a más no poder.
Hoy,
con esta nueva entrada, me encantaría sumar un segundo y nuevo elemento a la
lista de celebraciones.
Hoy,
con esta nueva entrada, me encantaría conmemorar también la existencia tanto de
hombres como de mujeres que dedicaron y dedican todo su tiempo y esfuerzo en
escribir, en producir obras literarias que, cuando llegan a nuestras vidas, lo hacen
para quedarse, para entrar en la historia literaria de un país y el mundo
entero; que, cuando nos disponemos a leerlas, son capaces de hacernos disfrutar,
de cambiarnos, de conocer aquello que nos rodea, de emocionarnos, de producirnos
una enorme felicidad y un largo etcétera de sentimientos.
Hoy,
dado que considero que nunca está de más recordarlo, brindo en este blog por todos esos escritores que han logrado
alcanzar el éxito gracias a su trayectoria literaria y perviven en el recuerdo
de cualquier amante de la lectura a través de las numerosas páginas web
dedicadas a su figura, de los numerosos tweets que el mundo les dedica cuando
es la fecha de su nacimiento o fallecimiento (son tantos los mensajes que se
comparten que el nombre del escritor en cuestión se convierte rápidamente en
tendencia), o de los libros de texto con los que estudian los y las más jóvenes
en los colegios e institutos. Sin embargo, hoy brindo igualmente (e incluso aún más fuerte) por todas esas escritoras que hacen de nuestro mundo un lugar mejor gracias a su
trabajo y lo realizo tanto por las
que sí han podido disfrutar del reconocimiento del público, sus aplausos y sus
halagos (aunque sea con el paso del tiempo) como por las que, por lo contrario,
no han tenido la suerte de contar ni siquiera con una mínima parte de la exposición
que verdaderamente sí merecería su actividad literaria.
Y es que, a pesar de que nos cueste o,
mejor expresado, no queramos creerlo, todavía a día de hoy, en pleno 2020,
continuamos sin conocer a grandes mujeres que sí han dejado su huella en el
ámbito literario, pero parece ser que no lo suficientemente marcada como para
que su nombre aparezca en los libros de texto y, por consiguiente, deba ser
estudiado en los centros educativos, escuchado en la televisión o protagonista
de algún titular en la prensa.
Este silencio que claramente ha tenido que sufrir una gran cantidad de mujeres
escritoras ha hecho que nos resulte una tarea bastante compleja el saber de
ellas; percatarnos de la relevancia que, pese a lo que intenten
hacernos pensar, sí que poseen sus obras; y detenernos a estudiarlas, a
reflexionar en torno a sus temáticas, etc.
Ahora
bien, ¿quién o quiénes llevan a cabo la decisión de que una escritora debe o no
contar con un espacio destacado en los volúmenes de la historia de la
literatura?
Pues, si te soy absolutamente sincera, no
tengo ni la menor idea de quién será y en qué se basará para llegar a una
conclusión definitiva, pero lo que sí que sé, por propia experiencia, es que he
tenido que esperar hasta el segundo y último cuatrimestre del Máster en Estudios
Literarios para tener la oportunidad de cursar, una vez que ya me había
matriculado en la línea de literatura española e hispanoamericana, una asignatura
dedicada al completo, tal y como su propia denominación indica, a La Literatura
Escrita por Las Mujeres en España e Hispanoamérica.
Ahí
queda eso…
Sí es cierto
que, con respecto a años atrás, hemos
podido apreciar un enorme progreso, puesto que la mujer ha ido logrando
paulatinamente el protagonismo que merece.
No obstante, aunque somos conscientes de que las
comparaciones son odiosas y deben siempre evitarse, si realizamos una de ellas,
descubrimos que su presencia todavía es menor
con respecto a la del hombre.
Y
eso es lo que precisamente sucede, por ejemplo, en los libros de texto de la
asignatura de Lengua Castellana y Literatura de los distintos cursos de Secundaria
y Bachillerato.
¿Cuántas páginas en esos libros puede haber destinadas,
ya no al estudio completo de la trayectoria literaria de una autora en concreto,
sino al simple hecho de apuntar que, por supuesto, también ha habido mujeres que,
aunque socialmente eran consideradas incapaces para ello, han conducido su vida
hacia la producción literaria?
La respuesta parece evidente: no las suficientes.
Esa,
nos guste más o menos, no deja de ser la realidad
ante la que nos hallamos en este preciso instante.
Bueno, llegada a este punto, creo que es
sumamente importante que quede claro lo siguiente: el que yo lamente profundamente
la aún escasa aparición de estas mujeres escritoras en los principales medios
de comunicación y, sobre todo, en el sistema educativo no quiere decir, ni
muchísimo menos, que esté a favor de reemplazar el espacio centrado en algunos
escritores por el conocimiento de este grupo de escritoras más olvidadas.
Nada más lejos de la realidad: no puedo estar más a favor de que las grandes figuras de
la literatura consten en los libros de texto y, por ello, mi deseo es que, en
ellos, aparezcan tanto las figuras masculinas como las femeninas, ambas por
igual.
Explicado
en otras palabras, mi intención al defender el estudio de las escritoras en los
diferentes niveles de enseñanza no debe confundirse con la voluntad de eliminar
el tiempo y el espacio destinado ya a los escritores.
¡Que no!
Mi deseo simplemente
es el de sumar: recuperar el tiempo perdido durante todos estos años
en las clases de Lengua Castellana y Literatura y, a partir de ya, incluir
junto a la explicación de los autores la de todas aquellas autoras que también
han contribuido a que la literatura en lengua española sea una de las más
destacadas de la historia.
Todo ello justamente
es lo que también parece apoyar la
conocida, especialmente por cualquier persona que haya estudiado en la
Universidad de Alicante, página web de la Biblioteca
Virtual Miguel de Cervantes.
Dicha biblioteca (digital) «abrió
sus puertas» al público en el año 1999 y, desde entonces, no ha parado ni un solo segundo de perseguir
el que es su máximo propósito, su sueño:
crear todo un espacio a disposición de cualquier
amante de la lectura que, con un solo clic, quiera perderse entre las
palabras de los autores y las autoras más significativas de la literatura
escrita en español.
No sé cómo explicarlo exactamente, pero, como
adelantaba un poco al principio, tengo la sensación de que, gracias a cada una
de estas entradas, he dejado a un lado la timidez que suelo tener en persona y
he tratado de aprovechar al máximo posible este medio escrito para mostrarme
tal y como soy, por lo que considero que tú ya me debes conocer un poco.
Por
eso mismo, no te sorprenderá ni lo más mínimo que la nostalgia haya venido a
visitarme de nuevo mientras tecleo estas palabras.
Y
es que cada vez que accedo, menciono o directamente hablo sobre la Biblioteca
Virtual Miguel de Cervantes me resulta misión imposible no recrear en mi mente
el momento en el que escuché por vez primera a alguien hablar sobre ella.
Fue un instante que tengo súper marcado
(quizás porque ocurrió en una de mis primeras clases como alumna en la
Universidad; quizás porque quien me la descubrió se convirtió desde el primer
día en uno de mis profesores favoritos): recuerdo perfectamente que el profesor
Enrique Rubio Cremades decidió dedicar toda una clase de Literatura Española de
la Ilustración y del Romanticismo a presentarnos la página web al completo y
hacernos ver lo trascendente que sería desde ese preciso instante a lo largo de
nuestra formación académica.
En
efecto, el citado profesor no se equivocaba…
¿Cuántas veces habré podido yo a lo largo de estos
seis años como estudiante entrar en esta página web?
Te juro que son incontables, ya que, sin
duda alguna, es una de mis principales fuentes de información.
Es
más, no hay trabajo que haya entregado en el que su nombre no se encuentre
referenciado en la lista de la bibliografía consultada: los documentos que nos ofrece son también innumerables.
Un claro ejemplo de ello lo constituye el
portal que he escogido como protagonista principal de la entrada de hoy.
Me
estoy refiriendo, por supuesto, al portal diseñado en homenaje a la periodista,
poeta y dramaturga filipina en lengua española Adelina Gurrea Monasterio.
He de confesar que, una vez más, fue el
profesor José Rovira Collado quien, en una de sus clases, nos planteó tanto a
mis compañeros y compañeras como a mí misma la posibilidad de redactar cada uno
y una de nosotras una entrada centrada en el portal de una escritora.
De
este modo, podríamos contar siempre con una recopilación de las diversas páginas
que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes ha dedicado a mujeres, lo que
también daría más que una clara muestra de que dicha
Biblioteca apuesta por un reto enormemente
necesario y digno de admirar: dar una mayor visibilidad
a todas esas autoras que han empleado como lengua de sus distintas obras el
español y han sido así parte de la historia de nuestra literatura.
Con la intención de evitar la posibilidad
de que todos y todas nosotras seleccionáramos el mismo portal y, por ende, tuviéramos
como resultado un total de más de treinta entradas en la que la atención se
dirigiera hacia la misma escritora, el profesor nos pidió que, con anterioridad,
comunicáramos y compartiéramos a través de un comentario en su blog cuál había
sido nuestra decisión final.
En
el caso de que observáramos que algún o alguna compañera se nos había adelantado
y ya había elegido a nuestra autora predilecta, deberíamos sí o sí buscar una
alternativa.
Pues bien, eso fue lo que justamente le
sucedió aquí a una servidora, es decir, a mí.
Rápidamente,
antes incluso de que el propio profesor hubiera impartido su clase aquel lunes
y pudiera explicar más detenidamente cuáles serían los pasos a seguir para proceder
a la elaboración de esta entrada, una inmensa mayoría de mis compañeros y
compañeras ya lo tenía claro y así lo había anunciado en su respectivo
comentario.
Claro, ante tal situación, era más que evidente
que, para cuando pudiera entrar al blog yo, la persona con menos velocidad que
puedas conocer a lo largo de tu vida, todas mis opciones se encontrarían ya
tomadas por mis compañeros y compañeras.
Así
fue, por lo que, las cosas como son, me vi obligada a consultar de nuevo la
Biblioteca y quedarme con una de las pocas escritoras que todavía quedaban
disponibles.
Esa
escritora es nada más ni nada menos que Adelina Gurrea.
Lo cierto es que el no haber oído jamás (o,
al menos, no recordar haber oído jamás) su nombre me echó un poco hacia atrás…
Vamos,
no me sirvió de una enorme motivación para desear afrontar dicha entrada.
Sabía
que la culpa de todo era únicamente mía y de mi cabeza, que es incapaz de dar
un paso sin antes no reflexionarlo algunas cuantas veces, pero lo más
importante es que no me encontraba del todo contenta con la situación.
Yo
quería a una Emilia Pardo Bazán, una Fernán Caballero, una Rosalía de Castro o
cualquiera otra a la que ya hubiera tenido la suerte de leer…
¡Qué tonta!
¿Cómo podía estar tan equivocada?
¿Qué me pasaba?
Está claro que bien no estaba si no fui
capaz de ver la oportunidad que esta entrada me
estaba facilitando: gracias a ella, podría sumar a mi lista de autoras a una nueva mujer, cuyas obras
y su correspondiente lectura automáticamente pasarían a ser una de mis tareas
pendientes del verano.
Creo
que no puede existir un sentimiento mejor que este: de repente mi cierto
descontento desapareció, quedó en el olvido y cedió su lugar a la ilusión, las
ganas y la alegría por poder dar con una autora que llame sobremanera mi
atención.
Ahora
bien, ¿qué se podría esperar de un portal como de los que podemos disfrutar en la
Biblioteca Virtual?
Sí
o sí me tenía que gustar…
Y es que el
cuidado, el tiempo y el esfuerzo invertido en el diseño de este mismo portal (y, en realidad, de cualquier otro de los múltiples
con los que cuenta), los cuales se atisban con solo un pequeño vistazo, no pueden ser mayores.
Como es ya tradición en esta página web, la
preparación de cada uno de los distintos portales corre a cargo de un o una
profesora universitaria que, por supuesto, es o rápidamente se convierte en una
de las grandes expertas del autor o autora a la que se le dedique el portal en
cuestión.
En
este caso, la persona que podemos encontrar detrás
de este más que amplio portal centrado
en la figura e imagen de Adelina Gurrea Monasterio es nada más ni nada menos que la profesora de la
Universidad Rey Juan Carlos Beatriz Álvarez
Tardío.
Esta
información la conocemos gracias a que su nombre aparece debajo de algunos de
los apartados más destacados por los que podemos viajar en este portal sin
ningún tipo de pérdida.
No tengo ni idea de, si alguna vez habrás
podido visitar o no esta página web, pero, por si acaso la respuesta es un no,
déjame decirte que el funcionamiento de esta Biblioteca
Virtual no puede resultar más sencillo.
Por
favor, créeme: si hasta yo puedo moverme con una cierta soltura por ella, tú,
cualquiera también puede.
De hecho, debido precisamente a esa simplicidad
a la hora de enfrentarse a su empleo y a la manera tan visual de exponer todo
el contenido informativo, debo admitir que siempre es la primera página web a
la que recurro siempre que estoy en plena búsqueda de alguna obra o de algún
material bibliográfico en concreto.
Quizás
por ello o quizás simplemente por la enorme cantidad de información que nos ofrece
normalmente la Biblioteca Virtual es por lo que podemos hallar el enlace a este
mismo portal en un primer lugar, antes incluso que populares páginas web como la
Wikipedia, cuando introducimos el nombre completo de la autora en el buscador de
Google.
No hay más pruebas, señoría, pero estoy
convencida de que tampoco hacen falta más para poder considerar dicho portal
como la máxima y más fiable fuente de información
que existe en la actualidad acerca de la filipina Adelina Gurrea Monasterio.
La auténtica
responsable
de la existencia de tal abundancia de datos
sobre la escritora en el portal es, según informa la citada profesora Beatriz
Álvarez en la propia presentación del mismo, doña
Julia Gómez de la Serna, que, aparte de ser la mujer del sobrino de la
autora, Carlos Gurrea Palenzuela (para ella, siempre fue como un hijo), cedió
los derechos de toda la actividad literaria de la autora a la Biblioteca Virtual,
gesto con el que ha permitido que la misma sea todavía más conocida por los y
las apasionadas de la literatura.
Esa presentación del portal en la que, como
he señalado antes, consta este dato, que me parece más que relevante que se
tenga presente en el propio portal, es nada más ni nada menos que el primer
apartado que podemos consultar en el portal. Eso sí, no podemos confundir dicha
presentación con la que es, en una especie de juego de palabras, la portada del portal, la cual nos
aparecerá en primera instancia siempre y cuando accedamos a la página principal
del portal.
Dicha portada nos recibe con una imagen
ilustrada de la propia autora con unos versos escritos a mano con su letra y su
firma, un detalle que, personalmente, me encanta, puesto que el simple hecho de
poder ponerle cara a la escritora a la que deseo conocer y hasta leer un texto
de su propio puño y letra hace que la sienta mucho más cercana, que tenga todavía
más ganas de adentrarme en su historia personal y su obra literaria.
Igualmente, nos hallamos ante un total de
siete versos que han sido extraídos del poema que se titula (por cierto, muy
apropiado conmigo y lo que he contado en esta práctica; ¿casualidad? No lo creo)
«Nostalgia» y está recogido en la obra llamada A lo largo del camino.
Y,
por último, es también en esta primera página donde podemos leer unas pocas líneas
que nos sintetizan increíblemente toda la documentación a la que tenemos acceso
libre y desde casa en este portal de la Biblioteca Virtual.
Es ahí donde he podido tener una
primerísima aproximación a Adelina Gurrea y comprobar que, efectivamente, fue
una persona verdaderamente trascendente en la literatura y, más concretamente,
en la filipina que se encuentra redactada en lengua española.
No
obstante, no debemos confundir esta página con la de la presentación, puesto que los
datos que hallamos en este, ahora ya sí, primer apartado del portal son completamente
diferentes.
Con solo estas dos páginas que Beatriz Álvarez
incluye únicamente a modo de introducción a la autora logra, al menos en mí,
despertar un enorme interés por profundizar en mayor medida en su recorrido
vital.
Aunque, bueno, imagino que, ante tal
historia, es lo mínimo que alguien puede sentir…
Adelina Gurrea nació en La Carlota, es decir, en la región de
Negros Occidental de Filipinas el 28 de septiembre de 1896 y muy prontamente dejaría ver a su entorno más cercano que había llegado al mundo para expresarse a través de la escritura y, por
consiguiente, dejar un legado literario incomparable.
Tanto
es así que, con solo quince años de edad, ya obtuvo el primero de los muchos
premios que lograría en su vida.
Ese
primer premio fue por un breve relato, pero ello la condujo a atreverse sin
ningún tipo de inconveniente con el género poético.
Con
el paso del tiempo, podemos declarar sin duda alguna que la experiencia no fue
para ella desagradable en absoluto, puesto que, en el año 1919, ya le fue
otorgado el premio más relevante en lengua española que existía en Filipinas en
aquella época.
Parece, pues, evidente que su poema titulado
«El nido» y que ahora podemos leer en la obra publicada en 1968, En agraz,
no dejó indiferente a nadie de los y las que se encontraban presentes en la
Casa de España en Manila.
Más
tarde, en concreto en 1936, una vez que la autora ya se había trasladado a la
ciudad española de Madrid, no se conformó con el éxito obtenido en la poesía y,
por supuesto, probó suerte también con el género teatral, aunque, en su caso,
nada fue producto de la suerte, sino del trabajo constante.
Cuando pudo concluir su primera obra
teatral, la cual llamó Fortalezas, no titubeó ni un segundo y la leyó en
un evento público que fue celebrado por el Lyceum Club Femenino.
Los
aplausos y las felicitaciones por aquella obra teatral no se harían de rogar,
por lo que se animó con la redacción de dos obras más, aunque, en la
actualidad, solo podemos disfrutar de la lectura de la ya citada y de Voces
y brumas (1952).
Un año antes de la lectura y presentación
de esta última obra teatral, en 1951, se hizo con el que fue su primer premio
de carácter internacional, el premio del Círculo Internacional de Periodistas y
Escritores de la Unión Latina con sede en París, por su obra más conocida, la publicada
en 1943, Cuentos de Juana.
No obstante,
Adelina Gurrea no solo experimentó el triunfo y el reconocimiento en
su vida; también pasó por momentos verdaderamente
complejos: una gran cantidad de sus obras teatrales, sus novelas,
sus relatos breves y sus ensayos quedaron en el olvido por el silencio al que
fueron sometidos.
Menos mal que su producción poética sí que
pudo sortear la dictadura franquista y, por tanto, publicarse.
Tanto
en ella como en el resto de su trayectoria tomó como temática primordial
Filipinas. Por todo ello y mucho más, se convirtió desde muy joven en la autora
filipina que utiliza la lengua española para sus obras más célebres, al menos
en la parte hispánica, de Filipinas.
Como
prueba de esta última declaración, puede servir simplemente el que se erigiera
como la segunda mujer que pudo formar parte de la Academia Filipina de la Lengua
(la primera fue Evangelina Guerrero de Zacarías), lo que, al mismo tiempo, le
permitió también entrar en el reducido número de miembros de la Real Academia
Española.
Toda esta información resulta enormemente interesante
si tomamos en consideración el contexto en el que le tocó vivir a Adelina
Gurrea.
El
que una mujer como ella simplemente lograra encontrar la motivación, las ganas
y el tiempo necesario para poder dedicarlo a la escritura en la Filipinas de la
primera mitad del siglo XX y en la España del periodo franquista ya es más que
meritorio y admirable: lamentablemente siempre tuvo que hacer frente a un
sinfín de obstáculos por ser mujer y, aunque durante varios años fue ganando
pequeñas batallas personales, finalmente decidió darse por vencida, abandonar
por completo su actividad literaria y dirigir toda la atención hacia su fe
religiosa hasta que falleció el 29 de abril de 1971 antes de cumplir los
setenta y cinco años.
Bueno…
¿Qué?
¿Qué te parece?
¿No crees que Adelina Gurrea y toda su historia tanto
personal como literaria son realmente interesantes?
En el caso de que, al igual que la mía, tu
respuesta sea un «sí» rotundo o un «ya ves…», debo confesarte que lo que acabas
de leer tan solo es un pequeño resumen que he podido llevar a cabo gracias, cómo
no, a la consulta detenida que he realizado del portal al completo.
Por
consiguiente, déjame decirte que me haría una
ilusión inmensa que siguieras mi recomendación: cuando llegues al
final de esta entrada, por favor, no lo pienses ni un segundo y clica sobre todas aquellas palabras que se encuentran resaltadas en color rojo oscuro; esas palabras te guiarán hacia la información oficial y la más fiable, hacia el
propio portal de la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes.
Allí podrás comprobar que, efectivamente,
los datos aportados en la página principal y la presentación son ínfimos en comparación
con la que puedes obtener si diriges tu atención al segundo de los apartados
que presenta el portal.
Por
cierto, cada vez que indico en esta entrada la posición que ocupa un apartado
en concreto es porque el orden que continúo es el de izquierda a derecha.
Tras este más que breve intermedio,
recupero el segundo de los apartados para destacar que es uno de los cuatro que
cuentan con varios subapartados, cuya visita merece igualmente la pena, es básicamente
imprescindible.
En esta ocasión, el segundo apartado se
denomina «La autora», porque es en él donde
podrás conocer el lado más cercano y personal de la misma.
A
diferencia de otras páginas web que yo misma he podido localizar, la Biblioteca Virtual pone ante nosotros y nosotras una biografía
completa de la escritora, cuya lectura no se hace en absoluto pesada
(su redacción es lo más fluida, sencilla y breve posible).
Pero, eso no es todo, porque, si, a pesar
de que esta biografía expone claramente los datos más relevantes de la vida de
la filipina, eres de los o las que prefiere investigar de manera más esquemática
y, por tanto, visual, el segundo y el tercero de los subapartados están hechos
para ti…
Y
es que la profesora Beatriz Álvarez ha diseñado
un currículum vitae y una cronología de
los casi setenta y cinco años de vida de la
escritora: el primero de ellos se estructura en nueve puntos
diferentes, mientras que el segundo de los mismos nos permite incluso la opción
de ser nosotros y nosotras quienes seleccionemos en la línea del tiempo inicial
el año concreto del que queremos saber más (con cuadrados e imágenes, no puede
ser más visual).
Sin duda alguna es justamente esta
cronología mi página favorita de todo el portal, ya que supone todo un viaje
por los años (atención, ahí va la lista) 1896, 1907, 1911, 1915, 1916, 1918,
1919, 1921, 1922, 1930, 1932, 1933, 1934, 1936, 1937, 1943, 1950, 1952, 1954,
1956, 1958, 1964, 1965, 1967, 1968 y 1971.
Lo
cierto es que no tengo ni idea de cómo la Biblioteca Virtual y la propia
Beatriz Álvarez la habrán digitalizado, pero me apasiona ver cómo de manera tan
sintética es capaz de recopilar en ella tantísimos datos (y eso sin tener en
cuenta todos y cada uno de los enlaces que también están incluidos en la
cronología y esperan nuestra visita).
Después de un segundo apartado firmado en
cada una de sus partes con el nombre de Beatriz Álvarez y, por supuesto,
después de conocer mejor la vida y el contexto de esta escritora tan singular,
nos resultará mucho más sencillo proceder ya a la lectura de algunas de sus
obras más populares.
Para ello, únicamente será necesario mover
nuestro cursor hacia el tercer apartado, cuyo nombre no deja lugar a dudas: «Su obra».
En su desplegable, tendremos dos
opciones y lo mejor de todo es que no tenemos por qué decantarnos por una sola,
por lo que, en un primer momento, podemos
acceder al catálogo propio donde se
hallan recogidas todas sus obras
literarias y, más adelante, a la
bibliografía ya correctamente referenciada, la cual, si alguna vez te
enfrentas a un estudio más detenido de la autora, te salvará un poco/ bastante
la vida.
En el catálogo,
las obras han sido clasificadas en cuatro
puntos que atienden cada uno de ellos a cuatro géneros completamente diferentes:
los cuentos,
el ensayo, la poesía y
el teatro.
Un
total de sesenta obras son las que podemos leer e incluso descargar en formato
PDF para llevarlas con nosotros y nosotras a cualquier lugar (hasta donde ni siquiera
es factible la conexión a Internet) y disfrutar de ellas siempre y cuando lo
deseemos.
Los títulos de los once cuentos, los siete
ensayos, los treinta y nueve libros de poesía, y las tres obras teatrales los
puedes consultar a continuación en el esquema que he podido realizar.
·
Cuentos:
v El Bagat. Mala
suerte.
v Cruces a flote.
v Cruces a flote.
v Cuentos de Juana:
narraciones malayas de las Islas Filipinas.
v Ella, el niño y el
mar.
v La leyenda del
Camá-Camá.
v El «lunuk» del
remanso verde.
v Por un gallo.
v El «Talisay».
v El Tamao. La
doncella que vivió tres vidas.
v El Tic-Tic. El
Vaquero del Calatcat.
·
Ensayo:
v Filipinas heredera
privilegiada. Decía ayer... digo hoy...: conferencia pronunciada en el Círculo
Filipino de Madrid, el día 30 de enero de 1954.
v Hacedores de
historia. Los castilas de Negros e Iloilo.
v La mujer filipina.
v La obra de Rizal.
v Poesía
hispano-filipina.
v Rizal en la
literatura hispanofilipina: discurso leído con motivo de su ingreso en la
Academia Filipina, Correspondiente de la Real Academia Española, en la sesión
pública celebrada el 27 de noviembre de 1966.
v Rizal en su poesía.
·
Poesía:
v A Blanca de los
Ríos.
v A la memoria de un
patriota que no pareció serlo.
v A lo largo del
camino.
v Añoranza.
v Campesino de
negros.
v El Canlaon.
v Cantares.
v El carabao.
v La cena.
v ¡Cómo brilló
aquella estrella!.
v Con tañido de
campana.
v Dedicado a Enrique
Fernández Lumba.
v Dedicado a Juan
José y María Luisita en el día de su boda.
v Dedicatoria en la
boda de Carlos Gurrea y Julia Gómez de la Serna.
v Di Stefano, Rial,
Marquitos.
v En agraz.
v Eres sol, eres sol....
v Infinitamente.
v Más senderos.
v Mi isla de Negros.
v No apedrées mis
remansos.
v No creas a quien
te diga.
v Noche nevada.
v Nocturno embrujado.
v La patria.
v Piropos.
v Poema dedicado a
Antonio M. Abad.
v Predestinación.
v Rebeldía
nostálgica.
v Sampaguita.
v ¡Señor, si no me
recoges!.
v Soneto dedicado a
Rubén Darío.
v Soy sin ser.
v Te estoy queriendo.
v Tu soledad
absoluta.
v La verónica.
v Villancicos.
v Yo llevaba
cantando.
·
Teatro:
v Brumas y voces:
tres actos.
v Filipinas: auto
histórico-satírico: original.
v Fortalezas.
Dada toda la información especializada que
la Biblioteca Virtual pone a nuestra disposición, existe la posibilidad de que
consideremos que este portal tan solo se encuentre destinado a aquellas
personas que quieran emprender o ya incluso estén en una investigación.
Sin
embargo, ese sería un gran error…
¿Qué puede ocurrir entonces?
Pues, mira, puede que, gracias a esta misma
entrada (vale, ya que sueño, lo realizo a lo grande jajajajaja), hayas
encontrado el plan perfecto para este próximo verano y decidas leer muchas de
las obras de Adelina Gurrea, porque te apetece, porque es una de tus aficiones
o porque sí, sin más.
Lo
importante es…
Una
vez que te hayas adentrado a más no poder en el mundo literario de esta
escritora, ¿serás capaz de quedarte ahí y parar?
Por si acaso la respuesta en un futuro
fuera justamente un «no», me alegra muchísimo poder comunicarte que ese tampoco
supondrá un problema para ti.
La
Biblioteca Virtual está en todo y, ante tal posibilidad, nos facilita el acceso
a un cuarto apartado que es nada más ni nada menos que el correspondiente a los
«Estudios».
Del
mismo modo que los anteriores, este apartado también se halla
dividido en dos partes muy razonables, puesto
que, en una de ellas, simplemente
podemos conocer el nombre completo de las cuatro
personas que constan como autoras de los ocho trabajos a los que podemos
acceder en la segunda parte.
Seguidamente,
te dejo otro pequeño esquema en el que he intentado recoger el título de cada
uno de esos ocho documentos y, si clicas sobre ellos, viajarás a la Biblioteca
Virtual y podrás empezar a leerlos.
·
Títulos
de los estudios sobre la vida y obra de Adelina Gurrea Monasterio:
v «Filipinas heredera privilegiada, decía ayer... digo hoy», una conferencia-ensayo de Adelina Gurrea Monasterio, de Andrea Gallo.
v La herencia hispánica en dos autoras filipinas del siglo XX: Adelina Gurrea Monasterio y Elizabeth Medina,
de Andrea Gallo.
v Introducción a «La doncella que vivió tres vidas» [Un cuento de Adelina Gurrea], de Manuel García
Castellón.
v Writing Athwart: Adelina Gurrea Life and Works. La Escritura Entrecruzada de Adelina Gurrea, de Beatriz Álvarez
Tardío.
Si ya te has dejado enamorar completamente
por el estilo narrativo y la biografía de Adelina Gurrea y todavía tienes ganas
de más, no pasa nada, que diría Samantha, la exconcursante de Operación
Triunfo 2020.
Y
es que siempre te estará esperando, para cuando lo desees y lo necesites, el quinto
apartado del portal.
Este también es un apartado bastante
sencillo de consultar, pero me niego a que pueda pasar desapercibido, a que
puedas pensar que carece de importancia, porque no es así, de verdad.
En
mi opinión, dicho apartado es uno de los más especiales, significativos y
destacados de todo el portal, uno de los que más aplausos merece.
A diferencia de lo que tiende a ocurrir en
otras páginas web, el portal de la Biblioteca
Virtual dedica un apartado completo a
almacenar todas y cada una de las imágenes que han podido lograr tener de la
escritora.
Retratos,
antiguas fotografías con sus familiares, imágenes de su presencia en eventos
públicos y sus distintas apariciones en la prensa, así como las diversas
portadas de sus obras más conocidas son los distintos subapartados en los que
la Biblioteca Virtual ha determinado ordenar tales documentos originales.
Como ya he expresado con anterioridad, el
que cualquier persona que visite el portal tenga la opción de ponerle rostro a
la autora me parece verdaderamente trascendente, puesto que, en varias
ocasiones, tendemos a idolatrar a nuestros escritores y escritoras favoritas de
tal manera que llegamos a creer que son seres superiores.
No
sé…
En cambio, gracias a estas mismas imágenes,
podemos observar a una Adelina Gurrea en coche, a una Adelina Gurrea graduándose
en estudios secundarios y un largo etcétera.
Ello
nos permite ver el lado más humano y cercano de la autora, por lo que…
¿Por qué no?
Podemos empatizar con ella.
Y alcanzamos ya el sexto y último apartado
con el que cuenta este portal y cualquier otro de cualquier otro escritor o
escritora.
Se
trata de un capítulo final en el que la
Biblioteca Virtual pone a nuestra disposición un conjunto de enlaces que también se encuentran centrados o
relacionados con la figura de la autora.
En
este caso, podemos ampliar nuestro conocimiento en torno a la escritora hasta
en ocho nuevas páginas web.
Eso es todo con respecto al portal de
Adelina Gurrea.
Espero
de todo corazón que la información que he redactado en esta entrada te pueda
resultar de utilidad y…
Por
cierto, puede que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes se halle diseñada
por la Universidad de Alicante y profesores, por tanto, universitarios, pero
ello no quiere decir que la página web tan solo pueda ser consultada o trabajada
en tal nivel de estudios.
Nada
más lejos de la realidad, puesto que su sencillo
funcionamiento hace muy, pero muy viable y sumamente interesante que los y las
profesoras de los institutos la lleven a las aulas de todos los cursos.
Yo, si algún día tengo la suerte de poder cumplir
mi sueño de ejercer como docente, no dudaré en aprovechar las eternas opciones
que nos permite la Biblioteca Virtual.
Se
me ocurren varias ideas, pero, claro, haría falta saber de antemano que sí o sí
las podría llevar a la práctica para profundizar más en ellas o, mejor expresado,
desarrollarlas de manera correcta.
Ahora bien, muy brevemente, puedo adelantar
que mi máximo objetivo sería el de que las
mujeres estuvieran presentes en el aula de Secundaria, que el alumnado
fuera consciente de su enorme aportación (en este caso) en el mundo de la
literatura, que los y las más jóvenes se aproximaran hacia el conocimiento de
(para ellos y ellas) nuevas figuras literarias, y que sintieran un cierto interés
por las mismas.
Por
esa razón, en mi caso, considero que no trataría de centrarme únicamente en
Adelina Gurrea Monasterio, sino que abriría la posibilidad de tratar a muchas más
mujeres escritoras.
Se me ocurre,
por ejemplo, que, de modo bastante semejante
a lo que hemos podido realizar en este segundo cuatrimestre mis compañeros y
compañeras de clase y yo, los y las adolescentes
podrían dividirse
por equipos de trabajo y escoger el portal de
una determinada autora.
Inmediatamente
después, procederían a su consulta más detenida para,
más adelante, crear un perfil en una red social
o una nueva página web de esa autora y
darla todavía más a conocer en el mundo.
También, pienso
en un posible día dedicado a una jornada de puertas abiertas en el que participara todo el centro educativo.
En
este caso, estaríamos hablando de una especie de proyecto que llevaría mucho
más tiempo y necesitaría de la enorme implicación de toda la comunidad educativa.
Sin
embargo, me emocionaría muchísimo el que todos los cursos, desde primero de la
ESO hasta segundo de bachillerato, pudieran trabajar de manera colectiva a una
mujer destacada en la historia.
Prepararían vídeos, cartulinas o cualquier
material que fuera necesario para exponerlo por todo el centro.
Aquel
día irían de visita los restantes institutos del pueblo y serían los y las
propias alumnas quienes les explicarían a los y las visitantes la importancia
de conocer a la mujer que hayan trabajado durante los meses anteriores.
Asimismo, se
podría dedicar un espacio a las
que podríamos denominar las mujeres de nuestras
vidas.
Aquí
los y las adolescentes trabajarían ya individualmente y la actividad
consistiría en investigar y tratar también de conocer a esas mujeres que
tenemos a nuestro alrededor y que nos alegran cada día.
Madres,
hermanas, abuelas, tías, primas, sobrinas, amigas, etc., tomarían todo el
protagonismo, puesto que puede que ellas no cuenten ni vayan a contar jamás con
un portal en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, pero su esfuerzo, su
ilusión, su trabajo, su personalidad y todo lo que son sí merecen un enorme aplauso.
Los
y las alumnas de cada clase prepararían alguna sorpresa (un vídeo, una carta,
una manualidad o lo que fuera, pero siempre acompañado de un texto) para esa
mujer especial de sus vidas y, esta vez, por la tarde, dicha mujer sería
invitada al centro.
En
el salón de usos múltiples y sin que se esperaran nada, esas mujeres vivirían
uno de los momentos más felices de sus vidas: el ver cómo esa personita a la
que tanto quiere se ha acordado de ella, descubrir todo lo que significa para
ella, comprobar que es igual de importante para ella, recibir el reconocimiento
que ella y su labor merecen cada día, etc.
Y
hasta aquí la entrada de hoy…
MILLONES DE GRACIAS
por haber llegado hasta aquí y por todo,
Un saludo,
Judit Martínez
Climent.
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