Práctica 2 (voluntaria): “La mirada del otro”
Una reflexión imaginaria (o no) sobre la formación lectora de nuestro alumnado en forma de relato. Más vale tarde que nunca y como no me apetecía seguir con otras cosas, he mirado mi estantería, al final ha me dado por sentarme a escribir y esto es lo que ha salido:
Reconozco que hay libros que leo
para poder decir que los he leído. En el fondo sé que soy un poco “marisabidilla”.
Mi hermano mayor me lo dice siempre y, bueno, nos peleamos bastante, aunque,
cierto, ahora que tengo 13 ya un poco menos. La verdad es que sobre libros él
me ha dejado varios y me han gustado bastante. Está muy obsesionado con los
piratas, los corsarios, las islas del tesoro y los náufragos. Ahora le da
vergüenza reconocerlo, pero de pequeños siempre quería ser el Corsario Negro. El
Rojo y el Verde, éramos mi hermano pequeño y yo… y esos no eran tan buenos, pero
él era el experto en Salgari, Verne y Stevenson. Ahora se ríe de mí porque me
dejaron El hobbit en verano y, al
principio, me dijo que no iba a poder acabarlo. Sin embargo, lo acabé y seguí.
Ya he leído El Señor de los Anillos
completo y el Silmarillion. Dice que
solo me gustan los libros de seres raros, que solo leo sagas, La Rueda del Tiempo, la Dragonlance… e historias de viajes, de escuelas de magia y
bosques. Odia a a Anne Rice, J.K.Rowling y los magos y vampiros.

Las hermanas de Helen no se parecen en nada a los míos. Ellas son mayores y sobre todo la mediana nos escucha, nos ayuda y
nos deja sus cosas. ¡Hasta me prestó un libro de Bakunin! No entendí nada, pero
nos había explciado qué era anarquía y otros asuntos sobre política política, nos vio emocionadas y me lo dejó. A veces fingimos que
sabemos de lo que hablamos y hablamos mucho, pero tengo la certeza de que tanto Helen como yo nos inventamos la mitad. Luego
buscamos cosas que leer para no tener que inventar. Su hermana tiene una
estantería enorme con libros que nos llaman mucho la atención, pero que son muy
difíciles y nos cuestan mucho de entender.
Sobre todo leo en verano. En
verano puedo leer por días enteros. Solo paro para comer. Me encanta no tener
que hacer mucho más y leer hasta que se mezclan las tramas, los personajes y las
historias. Siempre leo muchos libros que no tienen demasiado que ver a la vez.
También me alegra que nuestros vecinos saben que me gusta leer porque siempre me ven en el porche con un libro y me traen los que les han marcado. En la casa donde estamos cuando no hay colegio solo había libros de los mayores. Mis padres leen cada año los mismos. Dicen que de un verano ya han olvidado de qué iban, así que no pasa nada. Alguna vez, cuando hemos tardado en bajar de la montaña para ir a la biblioteca del pueblo, o si no había nada nuevo traído por los demás niños, hemos vuelto a leer los mismos cómics de Mortadelo y Filemón, 13 Rue del Percebe o Astérix y Obélix una vez y otra y otra y otra… Por suerte mi padre trae el periódico todos los días cuando vuelve del trabajo. Mi hermano me llama sabionda porque lo leo y dice que se apuesta lo que sea a que no lo entiendo y es verdad que muchas cosas no sé qué son, pero me relaja pasar esas páginas tan grandes y ver las fotos y los textos tan ordenados y serios.
También me alegra que nuestros vecinos saben que me gusta leer porque siempre me ven en el porche con un libro y me traen los que les han marcado. En la casa donde estamos cuando no hay colegio solo había libros de los mayores. Mis padres leen cada año los mismos. Dicen que de un verano ya han olvidado de qué iban, así que no pasa nada. Alguna vez, cuando hemos tardado en bajar de la montaña para ir a la biblioteca del pueblo, o si no había nada nuevo traído por los demás niños, hemos vuelto a leer los mismos cómics de Mortadelo y Filemón, 13 Rue del Percebe o Astérix y Obélix una vez y otra y otra y otra… Por suerte mi padre trae el periódico todos los días cuando vuelve del trabajo. Mi hermano me llama sabionda porque lo leo y dice que se apuesta lo que sea a que no lo entiendo y es verdad que muchas cosas no sé qué son, pero me relaja pasar esas páginas tan grandes y ver las fotos y los textos tan ordenados y serios.
Cuando de verdad no hay nada de
nada que hacer ni que leer, cuando ya no tenemos ánimos ni para pelearnos,
cogemos a escondidas los libros de los mayores. Mi hermano dice que se ha leído
El Quijote entero, pero sé que lo que
se ha leído no es el de verdad, es una copia más corta. Me retó a leer Cien años de soledad y mi madre nos
pilló, pero no nos riñó ni nada. Seguro que sabe ya que mi hermano se lo ha
leído y que cogemos esos libros suyos. Me ha preguntado si me está gustando y
le he dicho que no sé, que me parece un poco tétrico a ratos. Dice que sí y que
mejor me lea Relato de un náufrago,
que es del mismo escritor y también está por ahí.
La verdad es que, entre otras tantas cosas a la vez, creo que de mayor quiero vivir aventuras y ser cuentacuentos. Por eso, he empezado a escribir un libro en un cuaderno que me regalaron. En realidad el regalo es un diario, pero da igual y no quiero utilizar las libretas de los deberes del
colegio para eso. Un día lo abrí y encontré un “mensaje”. Decía: “Tu querido
hermano ha estado aquí”.
Así que lo había leído todo. El muy idiota seguro que se pensaba que escribía mi secretos ahí. Me enfadé porque me dio más vergüenza que si hubiera sido un diario en serio. Poco después estábamos tan aburridos una tarde que me dijo que él también intentaba hacer cuentos y cosas y que los suyos también se parecían mucho a los que leía en los libros. Me dijo que era normal y que en el instituto le habían dicho que los pintores empezaban copiando cuadros famosos, así que seguro que con lo de escribir pasaba igual. Puede que tenga razón, porque es complicado eso de inventarse historias cuando quieres hacerlo. Cuesta menos cuando no te das cuenta, aunque se nos da bien para entretenernos. Tal vez solo sirva por eso, pero sí, nos entusiasma escribir y leer, soñar e inventar... y en verano aún más.
Si te has leído el desvarío anterior y te animas a dar tu opinión sobre el mismo, escribe "verano" en los comentarios. Esta vez he escuchado el disco de "La leyenda del tiempo" de Camarón mientras divagaba y pensaba en libros para escribir el texto de arriba.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
Nos leemos.
Así que lo había leído todo. El muy idiota seguro que se pensaba que escribía mi secretos ahí. Me enfadé porque me dio más vergüenza que si hubiera sido un diario en serio. Poco después estábamos tan aburridos una tarde que me dijo que él también intentaba hacer cuentos y cosas y que los suyos también se parecían mucho a los que leía en los libros. Me dijo que era normal y que en el instituto le habían dicho que los pintores empezaban copiando cuadros famosos, así que seguro que con lo de escribir pasaba igual. Puede que tenga razón, porque es complicado eso de inventarse historias cuando quieres hacerlo. Cuesta menos cuando no te das cuenta, aunque se nos da bien para entretenernos. Tal vez solo sirva por eso, pero sí, nos entusiasma escribir y leer, soñar e inventar... y en verano aún más.
Si te has leído el desvarío anterior y te animas a dar tu opinión sobre el mismo, escribe "verano" en los comentarios. Esta vez he escuchado el disco de "La leyenda del tiempo" de Camarón mientras divagaba y pensaba en libros para escribir el texto de arriba.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
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