¡CUENTO CONTIGO! VIVE UN DÉJÀ VU: Y, ¿SI DE REPENTE VOLVIÉRAMOS A LA PRIMERA CLASE DE ESTE SEGUNDO CUATRIMESTRE?
¡BUENAS, PERSONA PRODIGIOSA! ¿CÓMO ESTÁS? ESPERO QUE, COMO MÍNIMO, FENOMENAL. POR MI PARTE, HOY VUELVO A LA CARGA CON UNA NUEVA ENTRADA PARA ESTE MARAVILLOSO... ¿QUÉ DIGO YO «MARAVILLOSO»? PRODIGIOSO BLOG. AHORA BIEN, A DIFERENCIA DE LO QUE SUCEDE EN EL RESTO DE MIS ENTRADAS, EN ESTA OCASIÓN, AVISO QUE VENGO MUY BIEN ACOMPAÑADA 😏...
ADVERTENCIA PREVIA:
Esa compañía con la que deseo contar hoy no es otra que... ¡La tuya! Te confesaré algo: siempre que accedo a la página principal de Blogger y abro un documento en blanco para ponerme a teclear con mi ordenador portátil, publicar y, por consiguiente, compartir contigo una nueva entrada, tengo la enorme esperanza de que alguna vez hagas clic sobre ella y consiga convencerte lo suficiente como para que me leas. Hoy esa esperanza e ilusión de cual niña que desea ser leída al completo se convierte en una necesidad. Sí, amigo o amiga, has leído y comprendido el mensaje a la perfección... Hoy NECESITO tu ayuda. Hoy te NECESITO a ti. De lo contrario, la mitad de esta entrada no habrá cumplido su principal objetivo. Y es que hoy TÚ e INVTICUA20 entera sois los y las auténticas protagonistas a las que va destinada esta nueva entrada, así que... ¿Te la vas a perder?
Además, lo más curioso de todo es que, aquí, entre tú y yo, en realidad, dicha entrada debió ser publicada hace ya unos cuantos días e incluso unas cuantas semanas, por lo que ahora que no nos escucha ni nos lee nadie más que tú: si quieres conocer más sobre el cotilleo del porqué de mi tardanza con esta entrada y, lo más importante, quieres enterarte de a qué se debe que necesite tu colaboración, quédate conmigo (y con alguien más) hasta el final, (REPITO), hasta el final...
ADVERTENCIA PREVIA:
Esa compañía con la que deseo contar hoy no es otra que... ¡La tuya! Te confesaré algo: siempre que accedo a la página principal de Blogger y abro un documento en blanco para ponerme a teclear con mi ordenador portátil, publicar y, por consiguiente, compartir contigo una nueva entrada, tengo la enorme esperanza de que alguna vez hagas clic sobre ella y consiga convencerte lo suficiente como para que me leas. Hoy esa esperanza e ilusión de cual niña que desea ser leída al completo se convierte en una necesidad. Sí, amigo o amiga, has leído y comprendido el mensaje a la perfección... Hoy NECESITO tu ayuda. Hoy te NECESITO a ti. De lo contrario, la mitad de esta entrada no habrá cumplido su principal objetivo. Y es que hoy TÚ e INVTICUA20 entera sois los y las auténticas protagonistas a las que va destinada esta nueva entrada, así que... ¿Te la vas a perder?
Además, lo más curioso de todo es que, aquí, entre tú y yo, en realidad, dicha entrada debió ser publicada hace ya unos cuantos días e incluso unas cuantas semanas, por lo que ahora que no nos escucha ni nos lee nadie más que tú: si quieres conocer más sobre el cotilleo del porqué de mi tardanza con esta entrada y, lo más importante, quieres enterarte de a qué se debe que necesite tu colaboración, quédate conmigo (y con alguien más) hasta el final, (REPITO), hasta el final...
El pasado lunes, 1 de junio del año 2020, sucedió algo que me produjo una sensación bastante contradictoria…
¿Que por qué?
Pues bien, por un lado, era más que evidente que aquel día debía ser un motivo de alegría: no solo comenzaba una nueva semana, sino que, además, cambiábamos la hoja de nuestro calendario, puesto que dábamos inicio a un nuevo mes, y no a cualquier mes del año; junio es sinónimo de sonrisas, de sol, de salir a la calle con amigos y amigas a comerse el primer helado del año, de pasarlo bien y, en definitiva, de recibir el verano con los brazos abiertos y disfrutarlo a más no poder, que por alguna razón será la época del año más esperada.
Sin embargo, por el otro lado, ese día también significaba el principio del fin del Máster que me encuentro cursando: aquel lunes nos enfrentamos a la que sería nuestra última clase juntos y precisamente fue con los profesores de la asignatura a la que mis compañeras y yo misma hemos dedicado este blog al completo.
Por un momento, creí que la mejor opción sería callarme y, por tanto, no confesarle a nadie ese sentimiento que me generaba el lunes: lo más probable es que se rieran de mí; el resto de mis compañeros y compañeras, detrás de sus respectivas pantallas, parecían la mar de felices por la aproximación del desenlace del Máster.
A ver, en el fondo, yo también estaba muy, pero que muy contenta por estar cada día más cerca de decir adiós a los trabajos (las cosas como son), pero mi tristeza venía más bien al darme cuenta de que esa sería mi última clase con mis compañeros y compañeras, lo que implicaría que ya nunca más tendríamos la oportunidad de estar todos y todas juntas.
Venga, vale, si todavía me estás leyendo, debes creer que soy una exagerada y una dramática de película, porque siempre nos quedará pendiente ese encuentro que nos prometieron los profesores José Rovira Collado y Fran Martínez Carratalá, o porque ahora es más fácil mantener el contacto que nunca: siempre tendremos a nuestra disposición el hashtag de #INVTICUA20 en Twitter y el grupo de WhatsApp y, además, siempre podremos organizar alguna comida o cena todos y todas juntas…
Ya, claro, pero seamos realistas...
¿Crees que será posible que, sin
una clase, absolutamente todos y todas nos pongamos de acuerdo para coincidir
un día a la misma hora y en el mismo lugar?
Mira, perdóname la negatividad, pero lo veo complicado, por lo que no aguanté más y decidí desahogarme con mi compañera de clase, con la bloguera prodigiosa y, sobre todo, con mi amiga Neus Pastor Pastor. Para mi más que enorme sorpresa, ella me entendió perfectamente (claro, si por algo se habrá convertido en mi amiga…) e incluso me trasladó que ella también tenía la misma sensación de nostalgia. ¡Qué fuerte!
Menos mal que, en ese preciso instante, me recordó que todavía nos queda alguna que otra promesa pendiente de realizar juntas: ella y yo, mano a mano.
Una de esas promesas (en esta ocasión, académicas, por supuesto) era nada ni nada menos que la publicación en el blog del cartel que diseñamos con motivo de haber escogido como musa de nuestro grupo de trabajo a Polimnia. ¡Que todavía no lo habíamos realizado!
«Madre mía, ¿adónde se creen que van estas ahora? Si hace más de dos meses que todos los grupos han compartido ya sus respectivos carteles. Ya no vale; esa actividad voluntaria pasó a la historia. ¿Lo entendéis? Habéis perdido vuestro tren; chao, ADIÓS», es lo que podemos imaginar que nuestros compañeros y compañeras de clase pueden pensar de nosotras.
Y, ¡eh!, que conste que nos parecería más que lógico…
Y es que fue justamente en la primera clase con el profesor Juan Miguel Beneito Pérez, el pasado lunes, 9 de marzo del año 2020, cuando el mismo nos pidió seleccionar a una musa que nos sirviera de inspiración a lo largo de este segundo cuatrimestre y nos planteó como actividad voluntaria llevar a cabo el diseño de un cartel que actuara como imagen, como logotipo y como sello de identidad de nuestro propio grupo.
Aquel día, hace ahora prácticamente tres meses, mis compañeras de grupo y yo seguimos la recomendación que el mencionado profesor nos ofreció: que la actividad fuera elaborada por solo dos o tres personas del equipo (las restantes se encargarían del próximo ejercicio voluntario).
Ahora bien, lo que jamás habríamos imaginado es que esa sería la última vez que pisaríamos aquella aula y que nos veríamos en persona.
Los días fueron transcurriendo y nuestros audios en WhatsApp fueron ampliándose de tal manera que cada uno de ellos parecía un pódcast. Más adelante, pasamos de los audios a las videollamadas y de este modo hallamos la manera más sencilla y cómoda de vernos y compartir nuestras respectivas sensaciones, emociones e ideas.
Al cabo de una semana, nos estábamos preguntando lo siguiente: ¿por qué, con todas las musas que existen, decidimos escoger a Polimnia?
Dicha pregunta no nos la formulábamos por una simple casualidad ni muchísimo menos. Dicha pregunta se debía a que, después de emplear varios días a la búsqueda de información sobre ella y su historia, nos percatamos ambas de que, en Internet, o no había o no éramos capaces de encontrar un gran contenido informativo sobre Polimnia, y el que existía se contradecía en cierto modo.
Hasta tal punto llegó la situación que Neus tomó la iniciativa de originar una carpeta en Drive a la que tuviéramos acceso las dos y que estuviera dedicada única y exclusivamente, tal y como su nombre indica, a las «Musas».
En esa carpeta, reunimos distintos documentos con la información que fuimos recopilando poco a poco de páginas web verdaderamente interesantes como El taller de Atenea (un blog del Departamento de Clásicas del IES Canido, en Ferrol), Mitología Fandom (página que nos permitió dar con varios fragmentos de poemas y canciones en las que Polimnia aparece mencionada), Arteviajero, Sobre Grecia, Aristas, EcuRed, Museo Nacional del Prado y, cómo no, la enciclopedia libre a la que una inmensa mayoría acudimos en momentos de apuro, Wikipedia.
Todo nos parecía apuntar que Neus y yo estábamos ante una musa muy, pero que muy polifacética: algunas de las citadas e hipervinculadas páginas web (si clicas sobre ellas, podrás acceder a la misma información que nosotras) nos aseguraban que se trata de la musa de la poesía lírica-sacra; otras nos explicaban que es la musa de la retórica y la pantomima o, lo que es lo mismo, la mímica; alguna que otra añadía que también representa a la musa de la danza; otras nos comentaban que es reconocida como la musa de la historia; y, por último, otra nos descuadró al manifestarnos que, en diversas versiones, Polimnia es la musa de la geometría.
Pero, ¿qué ocurre con Polimnia? Y, lo más importante, ¿qué podíamos hacer Neus y yo ante tal situación?
No te vamos a mentir: nos llegamos a deprimir un poco, puesto que no se nos ocurría nada con respecto a Polimnia, por lo que, en nuestra carpeta, incluimos un nuevo documento centrado en Urania con el propósito de comunicarle al profesor que habíamos cambiado de opinión y deseábamos escoger a esta musa.
No obstante, Neus y yo no nos rendimos tan fácilmente y continuamos dándole vueltas a nuestro posible cartel.
Menos mal que Polimnia se dio cuenta de que la necesitábamos más que nunca e hizo su parte del trabajo: nos ayudó, nos inspiró y nos alumbró.
Neus buscó imágenes sobre Polimnia, las cuales me mostró en una de nuestras videollamadas. Esas imágenes nos sorprendieron bastante: todas ellas contaban con un punto en común; todas ellas nos mostraban a una Polimnia con un vestido blanco y con su codo apoyado en una roca o un pedestal y su dedo en la boca.
Espera un momento…
Esa postura nos era más que
familiar y conocida, pero... ¿De qué nos sonaba?
¡Claro!
Esa postura era nada más ni nada menos que la típica que nos atreveríamos a declarar que todos y todas hemos hecho alguna vez en nuestra vida para hacernos los y las interesantes y dar la sensación de que estamos pensando.
¡Qué fuerte!
¿Quién no se ha sacado alguna vez una fotografía con
dicha postura?
Y, ¿esa postura es propia de Polimnia?
¡Qué fuerte x2!
No teníamos ni idea de tal acontecimiento, pero nos sirvió de una enorme ayuda para caer en la cuenta del diseño que deseábamos para nuestro cartel.
¿Por qué
no hacer una especie de collage en el que aparezcamos todas las personas que
formamos nuestro grupo recreando la misma postura que Polimnia?
De este modo, lograríamos incluso que fuera más especial y único todavía: saldríamos nosotras mismas. Le trasladamos la idea a nuestras compañeras, las restantes blogueras prodigiosas, Khadija Amal Sabbab, Mariluz Hoyos Morant y Patrizia Palla, y, aunque temíamos que no les gustara la idea, como no podíamos esperar menos de ellas (por algo son prodigiosas...), enseguida se apuntaron y se sumaron a nuestra iniciativa de cartel.
Unas horas más tarde, ya teníamos en nuestro grupo de WhatsApp las cinco fotos, una por cada persona de este grupo. Ya solo faltaba su diseño y, a ver, aunque Neus y yo no somos unas expertas en edición de fotografías, hemos intentado que sea lo más bonito posible y hemos conseguido el siguiente resultado:
¿Qué te parece?
Nosotras no somos nada objetivas en este sentido y, por ello, te diremos que nos encanta y estamos muy, pero que muy contentas, sobre todo, por todos los días de audios y videollamadas que hay detrás del mismo y que Neus y yo llevaremos en el corazón por siempre (¡oh! ¡Qué bonito me ha quedado esto!).
Es más, parece que nuestro cartel ha gustado incluso a nivel internacional, puesto que rostros bastante conocidos en la actualidad nos han mandado sus respectivas imágenes posando cual Polimnia de la vida, imágenes que ahora compartimos nosotras en esta entrada del blog:
Estamos más que agradecidas por este gesto y, oye, quién sabe si viralizamos la postura de Polimnia por las redes sociales…
Tiempo al tiempo…
¡A PARTIR DE AQUÍ ES DONDE TÚ ENTRAS EN ACCIÓN 🔻!
Y, si piensas que nuestra pequeña/ gran historia con Polimnia ha concluido aquí, acomódate todavía más, porque queda lo mejor.
Hace más de dos meses, Neus tuvo una gran idea que, personalmente, me parece lo más y que me hizo ver de nuevo lo increíble y sencillo que resulta realizar cualquier trabajo a su lado. Le estaré siempre agradecida por querer compartir su idea conmigo, ya que, poco a poco, hablando la una con la otra fuimos dándole forma hasta llegar al día de hoy.
¿Que cuál es esa gran idea?
ATENCIÓN, porque, desde aquí y ahora, Neus y yo lanzamos y, por tanto, estrenamos el que hemos denominado el #PolhimnosChallengedeINVTICUA20 (vale, igual no es un hashtag muy breve o sencillo de recordar, pero es el que se nos ha ocurrido).
¿En qué consiste este reto o challenge?
Resulta que una de las informaciones que obtuvimos en nuestro proceso de búsqueda y que hemos deseado mantener en secreto hasta este momento es que el significado o, mejor expresado, la traducción del nombre en griego de nuestra musa, Polimnia (Πολυμνία), no es otro que «la de muchos himnos».
Esto nos condujo a pensar en qué se puede entender exactamente por himno y lo trasladamos a la situación actual. Tanto Neus como yo estamos convencidas de que, a lo largo de estos meses y, en realidad, de toda nuestra vida, muchos de nosotros y nosotras (incluido tú que me estás leyendo) nos hemos apoyado en alguna que otra canción que ha hecho que nuestro estado de ánimo y nuestra vida entera cambie por completo.
Esa canción quizás no pueda ser catalogada por los y las expertas de la música como himno, pero, para ti, sí que lo es y eso es lo único que nos importa aquí. Neus y yo enseguida pensamos en cuál sería nuestra canción favorita y la compartimos la una con la otra, y llegamos a la conclusión de que seguro que tú también tienes una canción que te motive, te emocione, te haga soltar alguna que otra lágrima, te saque una sonrisa de oreja a oreja, te lleve a la pista de baile, etc.
Seguro que todos nuestros compañeros y compañeras de clase en esta asignatura cuentan igualmente con una canción que les acompañe, les defina, les guste, les recuerde a alguien o algún momento especial, o simplemente les acompañe en el viaje de la vida.
Por todo ello, hemos decidido crear este reto con la mencionada etiqueta en la que solo hemos reemplazado el nombre de nuestra musa por una combinación entre el mismo y el término «himnos».
Lo que verdaderamente Neus y yo pretendemos con este #PolhimnosChallengedeINVTICUA20 es lograr contar con algo a lo que tengamos acceso todos y todas las compañeras de clase siempre que lo deseemos, que nos acompañe por siempre y que nos recuerde a cada uno y una de nosotras.
Eso sí, para conseguirlo, necesitaremos tu pequeña ayuda, tu pequeño grano de arena, el cual ambas te agradeceremos por siempre.
No es ninguna encuesta (José y Fran, perdonad la broma jajajajaja) ni lleva más de dos minutos: Neus y yo hemos creado una lista de Spotify con el mismo nombre que la etiqueta en la que ya hemos incluido nuestras canciones favoritas, así como las de nuestras compañeras Khadija, Mariluz y Patrizia, pero ahora las dos necesitamos saber qué canción es para ti un himno de vida.
¿Cuál
es tu canción favorita?
El PLAN sería el siguiente:
Como todos y todas las compañeras tenéis el número de teléfono de Neus y el mío, nos enviaríais por mensaje privado en WhatsApp el título de esa canción que tanto os gusta (será complejo decantarse por solo una, pero seguro que lo consigues). Una vez que hubiéramos recopilado una canción por persona, publicaríamos el enlace y, por consiguiente, os daríamos acceso a la referida lista de Spotify creada única y exclusivamente por y para la clase de INVTICUA20 como recuerdo de la misma. En el caso de que los profesores también desearan unirse al challenge (eso ya sería una fantasía, la verdad), pueden contactar con nosotras por mensaje privado en Twitter.
Vamos, la gracia de esto es que nadie, excepto Neus y yo que creamos la lista, conozca la canción que ha dicho el uno o la otra, puesto que el challenge vendría después… Cuando anunciemos el estreno de la lista denominada #PolhimnosChallengedeINVTICUA20, ¿serás capaz de adivinar qué canción ha elegido cada persona? Sería como una de esas dinámicas o juegos que realizábamos en la asignatura de Diseño y Adaptación Curricular con la profesora María Teresa Sellés Miró, pero que servirá para conocernos mejor los unos a las otras y para tener siempre un recuerdo de las mismas, porque…
¿Qué mejor que escuchar una canción y que la
misma te traslade a alguien o a algún lugar?
Puede
que esto salga fatal, pero no te puedes ni imaginar la ilusión que nos haría a
Neus y a mí que esto funcionara, así que hago un llamamiento a…
Paloma
(Gomis y Martínez),
Elisa,
Natalia
(Asensio y Gallego),
Nereida,
María,
Maila,
Diana,
Lydia,
Lidia,
Marta
(Clavijo y Ferrer),
Cristina,
Claudia,
Paula,
Borja,
David,
Pepe,
Amanda,
Alba,
Ana
(Furió y Ruiz),
Mari
Carmen,
Celia,
Raquel,
Úrsula,
José,
Juanmi,
Fran,
TÚ,
QUIEN
QUIERA,
MILLONES DE GRACIAS por haber llegado hasta aquí y por todo,
Un
saludo,
Neus
Pastor Pastor y una servidora, Judit Martínez Climent,
(Con la colaboración especial del resto de las blogueras prodigiosas, Khadija Amal Sabbab, Mariluz Hoyos Morant y Patrizia Palla, y esperemos que también la tuya).
(Con la colaboración especial del resto de las blogueras prodigiosas, Khadija Amal Sabbab, Mariluz Hoyos Morant y Patrizia Palla, y esperemos que también la tuya).
¡Hola Judit, hola Neus! Enhorabuena por la entrada, por el cartel y por la maravillosa idea de Neus. ¿Confirmamos que sois prodigiosas? ¡confirmamos! 🤗
ResponderEliminarMe encanta leerte, le das un toque tan especial que espero ansiosa tu siguiente entrada 😉
Me voy a tomar la libertad de indicaros cuál es mi "himno", es: pégate de Ricky Martin. No sé si la conoceréis, pero por si acaso, os invito a que la escuchéis.
Y deciros que estoy totalmente de acuerdo con vosotras, cada persona que forma parte de nuestro viaje, deja un recuerdo por siempre en nuestra vida. Sea una canción, una frase, un olor y un largo etcétera.
Y ya me despido que me pongo moñas.
Un besazo virtual 😘😘